La
espelta es una variedad del trigo que tiene miles de años de antigüedad y que se ha considera el origen de todas las variedades del trigo actual. Existen diferencias de opinión respecto al origen de la espelta, aunque parece ser que este cereal es originario Irán y del sureste de Europa. Al parecer, su cultivo se extendió desde Oriente, en la Edad de Bronce, a través de los
Balcanes, de Europa y del
Cáucaso.
Por lo que he leído en la red, en la edad media el pan de espelta era de consumo habitual entre las clases más ricas, mientras que los más pobres tomaban pan de centeno. En el siglo
XIX, el cultivo de espelta fue decreciendo progresivamente, en parte debido a su más baja producción, en comparación con el trigo común, y a la necesidad de
descascarillar (quitar la envoltura, fina y quebradiza) mecánicamente el grano antes de la molienda.
En la última década, la popularidad de la espelta ha ido en aumento gracias al reconocimiento de sus cualidades
nutricionales y gastronómicas. Además, existen ventajas en cuando a su producción, ya que su particular cáscara favorece la germinación en óptimas condiciones, protegiendo muy bien, además, al grano frente a los
contaminantes del suelo e insectos. Esto permite que en su cosecha se pueda prescindir de pesticidas, además de que requiere poco o nada de fertilizante, lo que la hace idónea para la agricultura ecológica.

PAN DE ESPELTA BLANCA
INGREDIENTES
Masa madre líquida