New York es el paraiso de las compras. Con tiendas abiertas los siete días de la semana es prácticamente imposible no caer en la tentación. Antes de mi partida tenía claro una de las tiendas que iba a visitar, y supongo que la mayoría de vosotr@s ya intuís cuál es, por supuesto estoy hablando de Williams-Sonoma. Aunque lo que os voy a decir seguro que os va a sorprender. La tienda, o mejor dicho las tiendas (ya que visité un par de ellas) me decepcionaron.
Tanto había oído hablar de ellas que me esperaba otra cosa, creía que serían más grandes y con un mayor surtido de productos, pero por otro lado cabe decir que aunque los productos de los que disponen no son económicos si que son de calidad, y eso se nota en los materiales y los acabados de las piezas. Una de las secciones de las tiendas que me gustaría destacar es la de libros de cocina, muy variada y completa.
Y como no podía ser de otra manera, acabé comprando, no demasiado, pero lo suficiente para dejarme un buen puñado de dólares, porqué claro está que una vez que estás allí cuesta salir de las tiendas con las manos vacias.
Y como no podía ser de otra manera, acabé comprando, no demasiado, pero lo suficiente para dejarme un buen puñado de dólares, porqué claro está que una vez que estás allí cuesta salir de las tiendas con las manos vacias.
En la imagen podéis ver un bundt cake pan, un juego de cups y spoons, The Williams-Sonoma baking cook book, y un rodillo ajustable que no es de Williams-Sonoma, sino de la tienda del MoMA, sí sí, de la tienda del museo, hasta yo me sorprendí de comprarlo allí.
En los próximos posts os iré enseñando las recetas con las que he estrenado las cositas que me compré en NY, espero que os gusten.